Entre el viento de Tramontana y Levante, desde el nordeste, se levanta el viento de Gregal. Un viento único de la zona del Mediterráneo, frío y seco, que peina la costa con su suave frescura continental. Las propiedades naturales del clima que se vive en el mediterráneo son exquisitas para la producción de vinos, cavas y aceites. Por eso, Bodegas Sumarroca ha querido homenajear todo ello con su aceite especial de aceitunas de Lecciana. Un aceite que han bautizado, como el viento, con el nombre de Gregal.
Gregal nace de los olivos del Molino Coloma, un antiguo molino papelero de finales del siglo XV, rodeado de viñedos y olivos. Un espacio que combina tradición e innovación con el objetivo de elaborar productos de calidad que produzcan un placer gastronómico a aquellos que lo prueben.
Las peculiaridades de un aceite único, como el viento
Así, Gregal es un aceite elaborado con aceitunas de Lecciana, una variedad resultante de la unión de Arbosana y Leccino. De personalidad única, destaca por su vigor y elegancia. Esta variedad de aceituna posee una clara influencia del Mediterráneo, mar de aguas poco profundas que genera corrientes que intervienen en todo el ecosistema donde se produce el viento Gregal.
El resultado es un aceite frutado intenso, con una entrada dulce y un final picante-intenso muy armonizado. La gran cantidad de polifenoles que contiene confiere a este aceite una gran estabilidad.
Proceso de elaboración de un producto único
Una vez realizada la recolección, las aceitunas se llevan a la almazara en el menor tiempo posible, donde se procederá a la molturación. Empezamos con una limpieza del fruto y seguidamente se procede al molido. Con ello obtenemos una pasta la cual sometemos a un batido y centrifugado cortos, a baja temperatura y nunca superando los 28 grados. Así se consigue el Gregal, un producto único de Bodegas Sumarroca.
