
Tras el fallecimiento en 2014 de su marido Climent Guitart, propietario de Guitart Hotels, Cristina Cabañas colgó su bata de farmacéutica y, sin pensárselo dos veces, decidió tomar las riendas de los negocios de su esposo.
Farmacéutica por herencia familiar en una de las sagas más antiguas de Lloret de Mar, Cristina pasó de un día para otro de tener 5 personas a su cargo a dirigir a casi 500 en un sector que no era el suyo. “Tuve que ponerme al frente. Los que no me conocían pensaron que lo perderíamos todo…”, explica en una entrevista ofrecida a La Vanguardia.
Pero no fue así. El empeño y la fortaleza de esta farmacéutica, que ha demostrado crecerse ante la adversidad, la han convertido hoy en la gerente de seis hoteles ubicados en distintos puntos de Catalunya. “Trabajé muy duro y tuve la suerte de tener a grandes amigos y consejeros a mi lado”, recuerda sus inicios.
En sus establecimientos turísticos, que suman más de 1000 habitaciones, explica, trabajan en la actualidad más de 350 trabajadores que dan servicio en temporada alta a más de 2.500 personas. La friolera de esta cifra equivale, nada más y nada menos, que a “la población entera de Cadaqués”.
Casi el total de la plantilla en ERTE
Sin embargo, la llegada del COVID-19 ha supuesto un duro revés para el sector hostelero. De los más de 300 empleados del grupo Guitart, el 96% del total está en ERTE. Sin embargo, Cristina no pierde la esperanza. “Hablamos a menudo por teléfono. Lo peor es la incertidumbre, pero yo les aseguro que juntos saldremos adelante”, dice la empresaria.
Aunque el verano les dio un respiro, las restricciones de la tercera ola han lastrado de nuevo al sector hostelero al fondo del pozo. “Es como el juego de la oca: ¡otra vez a la casilla de salida!”, dice frustrada. La empresaria hotelera estima las pérdidas de sus negocios en torno al 80% de la facturación. Aunque sus hoteles están cerrados, recuerda, el mantenimiento de estos edificios, las tasas e impuestos siguen costándole dinero.

Salvar la industria de la felicidad
Para poner fin a la pesadilla de los hoteles vacíos que, a Cristina Cabañas le recuerda a la película de El Resplandor, la presidenta de Guitart Hotels propone como solución a la crisis del segundo país más turístico del mundo la vacunación de los trabajadores del sector hostelero y de la restauración a corto plazo. “Hay que implantar ¡ya! un carnet de vacunaciones internacional y un seguro covid para cada viajero. Necesitamos que vengan con seguridad a disfrutar.”.
Aunque Cabañas da la Semana Santa por perdida, como sucedió en la Navidad cuando, por el cierre súbito, perdió el 70% de las reservas de sus hoteles y toda la materia prima que tenía almacenada en las cámaras frigoríficas para Nochebuena. Ahora, la empresaria se centra en recuperar el ritmo de cara al verano. “Dependerá del porcentaje de población vacunada. ¡La gente necesita vacaciones!” Y la hostelería, dice, es la industria de la felicidad.