
Poco antes de terminar el año en Requetecomo.com nos ha dado por adentrarnos en la niebla leridana en busca de nuestras pasiones, la cocina de proximidad, el producto de la tierra y el cariño de quien lo cocina. Y como nos hemos acercado a Lleida, los caracoles y la carne a la brasa no podían faltar. Así descubrimos Can Rúbies.
¿Dónde estamos?
En un día gélido y con una niebla que apenas permitía ver a más de 50 metros, pero con ese encanto melancólico que solo ofrecen los paisajes a media luz, salimos de Lleida por NII dirección Zaragoza, y a tan solo 5 km de la capital leridana nos desviamos hacia la Partida de Butsénit, una zona rural que limita con la capital, con un encanto especial al mezclar lo rústico y tradicional con lo urbanita.
Por una carretera estrecha pero digna y rodeada de campos de cultivo, que vemos hasta donde nos permite la niebla, llegamos al restaurante Can Rúbies. Una típica casa de campo que nos recuerda una masía catalana. El restaurante dispone de una amplia zona de parquing, un parque infantil ideal para venir con niños, terraza exterior (no apta en esta ocasión a escasos 4C ) y hasta un campo de futbol!!

Los caracoles, la carne y la brasa
En un amplio comedor, con paredes de piedra y madera, con encanto pero sin complicaciones, nos ponemos en faena, nos esperan una de las especialidades de la casa los caracoles a la «llauna».
Unas raciones completas, cocinados en su punto justo (que no es fácil) y acompañados de un buen tinto de la tierra son un autentico placer para el paladar… sin olvidar su alioli subidito de tono (como de debe ser) para perder el norte y la vergüenza.

Acompañamos los caracoles con un recomendación de la casa, unas alcachofas fileteadas con virutas de foi, sencillo y riquísimo.
De segundo la carne, ternasco y parrillada. De guarnición patata, escalivada y alcachofa a la brasa todo aliñado con aceite de la zona.
De las carnes nada que decir, el ternasco jugoso y con sabor, todo producto de la tierra, todo de proximidad, cocinado con ese “savoir faire” de muchos años de experiencia (el restaurante abrió en 1979) y con el amor por el producto y la obsesión por tratar bien al cliente. Todo perfecto.

Para terminar, los postres, una selección correcta, sin excesos, quizás algo justa pero suficiente, flan, crema, requesón con miel, frutos secos, sorbetes y helados de la marca Glas, un clásico de fabricación leridana y de alta calidad que lleva produciendo helados desde 1948. Recomendable y curiosa la naranja tropical de Glas, una oblea con forma de naranja rellena de helado de biscuit y trocitos de almendras caramelizadas.
Volveremos a Can Rúbies
El servicio y la atención nos han parecido muy correctos, la simpatía de los propietarios y su trato cercano pero sin agobiar nos ha gustado. Los camareros profesionales y los platos salen a buen ritmo de la cocina.
La calidad/precio es más que aceptable y la comodidad del lugar y el entorno natural nos harán volver sin ninguna duda, pero será en verano, para aprovechar las terrazas y disfrutar de las vistas a los campos, sin niebla. Un lugar Requetecomo.
Can Rúbies. Partida Butsénit, 11. Tel. 973 261 481. Butsénit (Lleida). Mapa